martes, 2 de abril de 2013

Fidelidad: El Mejor de los Premios



Tarde de calor, el termómetro marcaba más  30 grados. Cortes de luz. Caos de transito. Nada nos detuvo. Teníamos que estar allí, junto a nuestro ídolo, que ese día estaba nominado a los “Premios Gardel”.
La Usina del Arte el lugar convocante.  Vimos desfilar ante nosotras a algunos artistas  nacionales. Muchos músicos, pero ningún fan los aguardaba. Solo uno tuvo una  fiel legión aguardando su llegada: quien sino, Miguel Mateos.


  Luego de una larga y agobiante espera, que incluyó además del calor excesivo, los mosquitos que llegaron con el atardecer, se detiene frente a nosotros un auto oscuro. Alli, en el asiento trasero, se encontraban Alejo y Miguel. Nos saludaron amablemente y partieron apurando el paso y guiado por su manager hacia el interior del salón donde se realizaba el evento, prometiendo que a la salida se detendría, ya que llegaba con demora.
  Unos pocos minutos mas tarde hicimos nuestro ingreso al auditorio.(Dios, o “quien sea” nos había hecho llegar a nuestras manos las entradas). Nos ubicamos en las butacas asignadas, justo algunas filas  detrás de Miguel, Alejo y Rody. Que emoción  verlo allí!.


Casi cerca de las 22 hs. cuando Miguel decide irse lo escoltamos como merecia. No había ganado el premio Gardel en esta oportunidad, pero a lo largo de todos estos años ha logrado ganar el respeto, el cariño y la admiración de sus seguidores. Premio que no se compra, ni se vende, tal como nuestro artista. Y algunos estábamos allí para demostrarle que sentíamos eso, sin necesidad de que mediaran las palabras


Ya en la puerta del sitio donde se llevo a cabo la ceremonia, se detuvo a sacarse algunas fotos con nosotras, y hasta se quito los lentes oscuros que llevaba puestos, dejando ver así su mirada transparente, tan transparente como su carrera musical. Lo acompañamos al bajar la escalera, mientras manteníamos una fluida charla acerca del tema de los premios.



Al llegar a la vereda, se sumaron quienes estaban allí aguardándolo. Miguel accedió a sacarse fotos nuevamente, realizó comentarios y escuchó con mucha atención a cada uno de los que allí estábamos. Vimos, así, como los que podían tenerlo cerca por primera vez temblaban de la emoción.
Su manager miraba y sacaba fotos para subir a su cuenta de Twitter, las que luego comentaría haciendo alusión a que éramos los únicos fans que estábamos en la puerta, todos de Miguel, quien esa tarde recibió de parte nuestra mas de un premio: la FIDELIDAD y la INCONDICIONALIDAD. Y nosotros la felicidad de saber que nuestro artista no se vende…a pesar de que esta convicción  tenga su precio.