viernes, 9 de mayo de 2014

Tucumán: "Una canción, y un poco de satisfacción"

Lo anunciaba el diario "La Gaceta" de Tucumán: Miguel Mateos se presentaría en el casino del hotel Sheraton de aquella ciudad, el viernes 2 de mayo.


Teníamos que organizar un viaje "hasta ese lugar" en muy  pocos días.  Una locura!! Otra más de las tantas...
Comenzaron las llamadas, la navegación por Internet, nuestros interminables WhatsApp... Había que averiguar todo...Cómo llegar? Donde alojarnos?
Los vuelos estaban difíciles de conseguir por tratarse de un fin de semana largo...aunque esto también nos favorecía: tendríamos más días para poder disfrutar.
Cuando pensábamos que todo estaba perdido llegó un mail de una agencia de viajes ofreciéndonos un paquete que incluía, nada más y nada menos, que alojamiento en el mismo hotel donde tocaría Miguel. Una feliz "burla del destino"...
Los astros conspiraban a nuestro favor para que pudiéramos estar... y además,  conocer y pasear por San Miguel de Tucumán, "La casita nos espera" bromeábamos.

Y como siempre, juntas somos "dinamita"!!!
Lo pensamos (o no) un ratito... hablamos por teléfono y la conversación fluctuaba entre el -Noooo, es una locuraaa!!! Y el -Por qué no? Otra locura más!!!
Y siiii, este viaje "va por vos y va por mi" Mateos!
Partimos el miércoles después del mediodía, decididas a combinar relax, diversión y buena música esta vez.
En el aeropuerto Benjamín Matienzo, nos aguardaba un chofer con un cartel con nuestros apellidos… (esta situación ameritaba una foto…pero no nos animamos a decírselo). El amable y parlanchín señor nos conduciría hacia el hotel. El camino, rodeado de cañas de azúcar señalaba un dulce comienzo...
Al día siguiente, realizamos un city tour y subimos al cerro San Javier, que nos regaló una magnífica vista de la ciudad. Estábamos en las nubes, literalmente.



Así, entre charlas, descanso, copiosos desayunos y risas compartidas nos íbamos acercando al gran día: el viernes 2 de mayo.
Ese día después de un paseo, y de encontrarnos con Soraya que había viajado desde Catamarca, regresamos al hotel. Otros fans se iban sumando a la cita, desde Buenos Aires los infaltables Dani Bonanno y su esposa Míriam, quienes habían compartido vuelo con Miguel y su banda.
La alegría había vuelto a la ciudad... Miguel llegó al hotel junto a su representante, allí estábamos nosotras tomando unos cafés y charlando con Ed Gutiérrez, un joven tucumano que se había acercado al lugar a entregarle un presente a Mateos.
Su cara al vernos demostró sorpresa. "Son increíbles", nos dijo. Conversamos, nos divertimos un rato y se fue a descansar, lo esperaba una noche inigualable!!



Mas tarde, alrededor de las 19 hs, la prueba de sonido nos esperaba.
Con los primeros golpes de Alejo a la batería aparecimos en el Salón "9 de julio", lugar donde sería el show. Una frase del libro "El Principito" en la pantalla del salón parecía estar dedicada a este momento: "Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin que algún día cada uno pueda encontrar la suya", decía. Nosotras ya la encontramos, y vamos tras ella...
En ese momento nuestra estrella sube al escenario y comienza a anticiparnos lo que vendrá.






Alguien irrumpe en la sala y nos invita a retirarnos… Miguel lo mira desde el escenario y le indica que nos podíamos quedar… Un gesto digno de nuestro ídolo!!  
Registramos imágenes, sonidos, voces con las cámaras, pero especialmente con la memoria... Lo habíamos soñado, y lo logramos, una vez más!

          


Nos retiramos a prepararnos para el show que comenzaría a las 22 hs. La ansiedad iba aumentando. Como siempre, nos cambiamos de muda de ropa frente al espejo reiteradas veces... Estábamos nerviosas, ansiosas, contentas, ilusionadas, pero especialmente desbordantes de felicidad!!!
Allí nos encontramos con los fans tucumanos, que estaban ansiosos de volver a ver a su ídolo en aquella ciudad.



Comienza el show. El público tucumano vivó, aplaudió y coreó fervientemente cada canción. Se notaba que estaban esperando la visita de Miguel.
La banda, a pleno. Las enérgicas guitarras de Roly y Ariel, la inconfundible batería de Alejo, el armónico sonido del bajo de Alan y los dedos de Leo en el piano, marcaban el comienzo...










Los temas fueron sucediéndose y alternándose, recorriendo aleatoriamente  la línea de tiempo de nuestras vidas y las del público presente. Los más "nuevitos" eran coreados y admirados, los de los años 80 y 90 desataban la pasión y la memoria del público que dejaba escapar suspiros y gritos emocionados al escucharlos. Familias completas, diferentes generaciones disfrutando con la misma intensidad del show, en una sala a pleno.









Al principio, la distancia que separaba la primera fila del escenario era respetada, nadie se atrevía a invadir la mullida alfombra para llegar hasta Miguel. Rompimos el hielo, nos levantamos y una vez más, siguiendo el dictado de nuestro cuerpo, nos pusimos a bailar y cantar, animando al resto del público a seguirnos. La gente fue dejando su timidez de lado… se iban levantando  de sus sillas y poco a poco la distancia que los separaba del artista  se fue acortando. Miguel saludo y estrecho la mano a todos los que se acercaban al escenario. La sonrisa era una constante en ese público agradecido.

















La sorpresa de la noche llegó cuando Miguel decide bajar del escenario cantando el tema "Solo amor". Fue maravilloso presenciar ese momento de contacto con su gente, quienes estaban embelesados, sorprendidos y agradecidos.

                         






Ya al final, como siempre, el público coreaba la emblemática "Tira para arriba". Esta vez, el toque diferente lo dieron los músicos: luego del saludo final y de la presentación de cada uno, se situaron a ambos lados de Miguel: por un lado Leo y Ariel, por el otro, un trío formado por Roly, Alejo y Alan hacían de las suyas, divirtiéndose y divirtiendo de una manera muy particular a toda la sala. Se oían las  risas arriba y abajo del escenario. Un momento único e irrepetible!! Muy ameno! Otra "perlita" dentro del show.











Se apagaron las luces...pero la noche no había terminado aun. Fuimos al lobby del hotel a hacerle un tributo a la amistad al mejor estilo "Bar Imperio": El tucumano Carlos Salazar y su bella esposa; Ed Gutierrez, otro joven de la misma provincia; el catamarqueño Fabian Pandolfi, junto a Daniel, Miriam y nosotras dos.
Las risas abundaron...el encuentro fue el broche final a una hermosa noche.


Al día siguiente madrugamos, ya que el vuelo era a la mañana temprano. Y sorpresa… también se encontraba desayunando Miguel, compartiendo mesa con su inseparable hermano Alejo. Pensamos en la complicidad, fidelidad y fraternidad reinante entre ellos por tantos años... No quisimos invadir ni molestar en ese momento…ya no podíamos pedir más.

Pero todo no terminaría ahí, ya en el Aeropuerto, un nuevo encuentro, (si lo hubiésemos programado, nunca nos hubiese salido!), una nueva oportunidad de volver a hablar con Miguel, intercambiar comentarios del show y experiencias del viaje. Siempre atento, cálido, cordial... son esos momentos que disfrutamos a pleno…
Que mas podíamos pedir? Nuestro viaje, que había comenzado una vez más como un sueño, terminaba de la mejor manera posible: la gratitud y la humildad de nuestro querido ídolo, quien se autocalificó como "afortunado" por tener a su lado fanáticas con un  amor incondicional como el nuestro.

Como siempre, gracias Miguel Mateos!!
"Te seguiremos estés donde estés"



                                                                                          LC & LR  (T & L)