Lo anunciaba
el diario "La Gaceta" de Tucumán: Miguel Mateos se presentaría en el
casino del hotel Sheraton de aquella ciudad, el viernes 2 de mayo.
Teníamos que
organizar un viaje "hasta ese lugar" en muy pocos días.
Una locura!! Otra más de las tantas...
Comenzaron
las llamadas, la navegación por Internet, nuestros interminables WhatsApp... Había
que averiguar todo...Cómo llegar? Donde alojarnos?
Los vuelos
estaban difíciles de conseguir por tratarse de un fin de semana largo...aunque
esto también nos favorecía: tendríamos más días para poder disfrutar.
Cuando
pensábamos que todo estaba perdido llegó un mail de una agencia de viajes
ofreciéndonos un paquete que incluía, nada más y nada menos, que alojamiento en
el mismo hotel donde tocaría Miguel. Una feliz "burla del destino"...
Los astros
conspiraban a nuestro favor para que pudiéramos estar... y además, conocer
y pasear por San Miguel de Tucumán, "La casita nos espera"
bromeábamos.
Y como
siempre, juntas somos "dinamita"!!!
Lo pensamos
(o no) un ratito... hablamos por teléfono y la conversación fluctuaba entre el
-Noooo, es una locuraaa!!! Y el -Por qué no? Otra locura más!!!
Y siiii,
este viaje "va por vos y va por mi" Mateos!
Partimos el
miércoles después del mediodía, decididas a combinar relax, diversión y buena
música esta vez.
En el aeropuerto
Benjamín Matienzo, nos aguardaba un chofer con un cartel con nuestros apellidos…
(esta situación ameritaba una foto…pero no nos animamos a decírselo). El amable
y parlanchín señor nos conduciría hacia el hotel. El camino, rodeado de cañas
de azúcar señalaba un dulce comienzo...
Al día
siguiente, realizamos un city tour y subimos al cerro San Javier, que nos
regaló una magnífica vista de la ciudad. Estábamos en las nubes, literalmente.
Así, entre
charlas, descanso, copiosos desayunos y risas compartidas nos íbamos acercando
al gran día: el viernes 2 de mayo.
Ese día después
de un paseo, y de encontrarnos con Soraya que había viajado desde Catamarca, regresamos
al hotel. Otros fans se iban sumando a la cita, desde Buenos Aires los
infaltables Dani Bonanno y su esposa Míriam, quienes habían compartido vuelo
con Miguel y su banda.
La alegría
había vuelto a la ciudad... Miguel llegó al hotel junto a su representante, allí
estábamos nosotras tomando unos cafés y charlando con Ed Gutiérrez, un joven
tucumano que se había acercado al lugar a entregarle un presente a Mateos.
Su cara al
vernos demostró sorpresa. "Son increíbles", nos dijo. Conversamos, nos
divertimos un rato y se fue a descansar, lo esperaba una noche inigualable!!
Mas tarde, alrededor de las 19 hs, la prueba de sonido nos esperaba.
Con los
primeros golpes de Alejo a la batería aparecimos en el Salón "9 de
julio", lugar donde sería el show. Una frase del libro "El
Principito" en la pantalla del salón parecía estar dedicada a este
momento: "Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin que algún
día cada uno pueda encontrar la suya", decía. Nosotras ya la encontramos, y
vamos tras ella...
En ese
momento nuestra estrella sube al escenario y comienza a anticiparnos lo que
vendrá.
Alguien irrumpe en la sala y nos invita a retirarnos… Miguel lo mira desde el escenario y le indica que nos podíamos quedar… Un gesto digno de nuestro ídolo!!
Registramos
imágenes, sonidos, voces con las cámaras, pero especialmente con la memoria... Lo
habíamos soñado, y lo logramos, una vez más!
Nos
retiramos a prepararnos para el show que comenzaría a las 22 hs. La ansiedad
iba aumentando. Como siempre, nos cambiamos de muda de ropa frente al espejo
reiteradas veces... Estábamos nerviosas, ansiosas, contentas, ilusionadas, pero
especialmente desbordantes de felicidad!!!
Allí nos
encontramos con los fans tucumanos, que estaban ansiosos de volver a ver a su
ídolo en aquella ciudad.
Comienza el
show. El público tucumano vivó, aplaudió y coreó fervientemente cada canción.
Se notaba que estaban esperando la visita de Miguel.
La banda, a
pleno. Las enérgicas guitarras de Roly y Ariel, la inconfundible batería de
Alejo, el armónico sonido del bajo de Alan y los dedos de Leo en el piano,
marcaban el comienzo...
Los temas
fueron sucediéndose y alternándose, recorriendo aleatoriamente la línea
de tiempo de nuestras vidas y las del público presente. Los más
"nuevitos" eran coreados y admirados, los de los años 80 y 90 desataban
la pasión y la memoria del público que dejaba escapar suspiros y gritos
emocionados al escucharlos. Familias completas, diferentes generaciones
disfrutando con la misma intensidad del show, en una sala a pleno.
Al
principio, la distancia que separaba la primera fila del escenario era
respetada, nadie se atrevía a invadir la mullida alfombra para llegar hasta
Miguel. Rompimos el hielo, nos levantamos y una vez más, siguiendo el dictado
de nuestro cuerpo, nos pusimos a bailar y cantar, animando al resto del público
a seguirnos. La gente fue dejando su timidez de lado… se iban levantando de sus sillas y poco a poco la distancia que los separaba del artista se fue acortando. Miguel saludo y estrecho la mano a
todos los que se acercaban al escenario. La sonrisa era una constante en ese público
agradecido.
La sorpresa
de la noche llegó cuando Miguel decide bajar del escenario cantando el tema
"Solo amor". Fue maravilloso presenciar ese momento de contacto con
su gente, quienes estaban embelesados, sorprendidos y agradecidos.
Ya al final,
como siempre, el público coreaba la emblemática "Tira para arriba".
Esta vez, el toque diferente lo dieron los músicos: luego del saludo final y de
la presentación de cada uno, se situaron a ambos lados de Miguel: por un lado
Leo y Ariel, por el otro, un trío formado por Roly, Alejo y Alan hacían de las
suyas, divirtiéndose y divirtiendo de una manera muy particular a toda la sala.
Se oían las risas arriba y abajo del escenario. Un momento único e
irrepetible!! Muy ameno! Otra "perlita" dentro del show.
Se apagaron
las luces...pero la noche no había terminado aun. Fuimos al lobby del hotel a
hacerle un tributo a la amistad al mejor estilo "Bar Imperio": El
tucumano Carlos Salazar y su bella esposa; Ed Gutierrez, otro joven de la misma
provincia; el catamarqueño Fabian Pandolfi, junto a Daniel, Miriam y nosotras
dos.
Las risas
abundaron...el encuentro fue el broche final a una hermosa noche.
Al día
siguiente madrugamos, ya que el vuelo era a la mañana temprano. Y sorpresa…
también se encontraba desayunando Miguel, compartiendo mesa con su inseparable
hermano Alejo. Pensamos en la complicidad, fidelidad y fraternidad reinante
entre ellos por tantos años... No
quisimos invadir ni molestar en ese momento…ya no podíamos pedir más.
Pero todo no
terminaría ahí, ya en el Aeropuerto, un nuevo encuentro, (si lo hubiésemos programado,
nunca nos hubiese salido!), una nueva oportunidad de volver a hablar con
Miguel, intercambiar comentarios del show y experiencias del viaje. Siempre
atento, cálido, cordial... son esos momentos que disfrutamos a pleno…
Que mas
podíamos pedir? Nuestro viaje, que había comenzado una vez más como un sueño,
terminaba de la mejor manera posible: la gratitud y la humildad de nuestro querido
ídolo, quien se autocalificó como "afortunado" por tener a su lado
fanáticas con un amor incondicional como el nuestro.
Como
siempre, gracias Miguel Mateos!!
"Te
seguiremos estés donde estés"
LC & LR (T & L)