Cuando
creíamos que con el show del Luna Park cerrábamos un año a puro Mateos, el
mismo nos lo anuncia a la salida del Estadio, ante nuestra pregunta: -"Y
ahora...cuando?" -"El 30 de noviembre en Sunchales. Yo voy.
Y ustedes?"
Nos miramos y, como siempre dijimos al unísono: -Vamos!!!
Allí comenzó la cuenta regresiva, la ultima del 2013, quizás. Y nuestro
replanteo: "Es una locura". Si, lo era...pero una más de las tantas
lindas locuras compartidas en estos últimos meses. Entonces...por que no? De
nuevo la sensación de "estar frente al abismo sin respirar" se
apoderaba de nosotras.
Y empezamos con los preparativos de siempre: Como ir? Cuando? Donde alojarnos? Nos
pusimos en marcha y como siempre, todo se fue dando casi "sin
pensar".
Una se encargo de la hoja de ruta, otra del alojamiento, pero ambas estábamos
seguras que no podíamos, no queríamos faltar. Esta vez lo hicimos con la
grata compañía de Daniel Bonanno y su esposa Miriam Tomassi.
Si bien este fue un viaje más de nuestro extenso periplo, creíamos que
"Nunca después SERIA como la primera vez". De aquel viaje en
Canals, alojadas en el mismo hotel que dio lugar a este espacio, a este viaje a
Sunchales, Santa Fe, habíamos vivido un enorme torbellino de emociones, todas
diferentes, pero una más grata que la otra. Y este...sería un viaje muy
especial. Distinto a todos los demás, el que le colocaría el broche
de oro a nuestras aventuras.
Salimos temprano el sábado por la mañana, con la valija cargada de ilusiones como
siempre. Después de un largo viaje llegamos al lugar. Un pueblo tranquilo (tal
vez porque nuestra llegada fue a la hora de la siesta) pero muy pintoresco.
Una
vez alojadas en el hotel, tras un breve descanso, nos reunimos en el bar del
mismo a tomar un café con Mariela Presutti que había viajado desde San Lorenzo,
Daniel y Miriam.
Enorme fue nuestra sorpresa cuando vimos que solo una mesa del bar estaba
ocupada...por el mismísimo Miguel!!!
Tras sorprenderlo con nuestra presencia, ya que no podía creer que hayamos ido
hasta allí para verlo, y conversar animadamente con él, nos ubicamos en
una mesa cercana. En ese momento, llega Mariela que, al principio no había
advertido que Miguel se encontraba en el lugar, quedando casi paralizada ante
su presencia cuando se lo dijimos. Ella también lo saludo y converso con él,
como siempre muy amablemente.
Se acercan Daniel y Miriam, quienes también lo saludan y dialogan. Daniel, que
había sido otro de los que había estado en Canals, le contó su experiencia y los
viajes también realizados junto a su esposa para verlo.
Al
rato Miguel se retira, pero antes nos pide expresamente que hagamos una lista
con los que asistiríamos al show que daría en Low Disco esa noche. Eramos sus
invitados!!! Que honor!!!
Y eso no fue todo, también nos invitó a cenar con él, su manager y
la banda en un pintoresco restaurante de la zona. Miguel demostró toda su
caballerosidad y gratitud con este gesto tan imborrable y soñado por nosotras.
Y la banda aporto su buena onda para que este sea un momento único en nuestras
vidas. Estábamos "viviendo nuestro sueño". Increíble!!
Y como si esto fuera poco, su generosidad no terminaría allí...seriamos
invitadas, junto a Daniel y Miriam, a ver el show desde el escenario!!!
Una vez finalizado este mágico momento, emprendimos el regreso al hotel
para partir más tarde hacia Low, escoltando la Van que conducía a Miguel y los
músicos.
El lugar era acorde a todo lo vivido: parecía la escenografía de un cuento de
hadas. Una disco a cielo abierto, que permitía ver el cielo estrellado, junto a
nuestras estrellas favoritas.
Música
de los años 80, luces, fuentes con agua, daban el marco ideal a esta velada
inolvidable.
Y
llego el momento...Pasadas las 2 de la madrugada, comienzan a subir los músicos
al escenario y nosotras también!!!
Escuchamos los primeros acordes que acompañan el vídeo del símbolo del Yin y el
Yan que introduce al tema "Loco".
Las siluetas de los músicos sobre el escenario, concentrados, ese momento
sublime, visto desde otro lugar... "ese lugar" donde Miguel nos había
llevado.
Y allí estaba él, esperando su ingreso mientras se sucedían las imágenes en la
pantalla.
Detrás del escenario, concentrado, con un aura especial...Un momento casi
místico podríamos definirlo, o así lo vivimos nosotras. La emoción nos
embargaba y nos erizaba la piel, pero queríamos evitar comentarlo entre
nosotras porque no nos atrevíamos a romper ese clima especial en el que se
sumerge Miguel antes de arrancar. Lo que no pudimos detener fueron las lágrimas
que escapaban de nuestros ojos. Para expresarlo en palabras podríamos decir que
sentimos algo así como presenciar el preciso momento en que ese hombre común, (que
para nosotras no lo es tanto por lo que representa en nuestras vidas), el que
estaba en el café y en el restaurante, adquiriere una especie de
"poderes mágicos" para repartir tanta felicidad a su público, como si
se cargara de toda la energía que después derrocharía sobre el
escenario. Así, "nuestro súper héroe" irrumpe en la escena.
El público grita, aplaude. Pudimos apreciar cada gesto, cada sonrisa, cada
movimiento de la gente desde allí arriba, pero también ver y escuchar
este show "desde el back", como nos diría Alejo mas tarde. Todo
se ve y se escucha diferente desde ese lugar. Estábamos ubicadas al lado de la
batería, que sonaba tan distinta allí cerca... Inolvidable.
Miguel miraba hacia nuestro lado y nos hacía gestos, Alan sonreía como
compartiendo nuestra enorme felicidad al vernos allí, Roly tocaba para el público,
pero también giraba para que podamos ver mejor su guitarra.
"Desde aquí yo veo el panorama" podríamos haber cantado...pero fuimos
entonando los temas que Miguel eligió para esa noche.
Hasta
que en un momento, extrañamos la adrenalina que se vive también "desde la
primera fila" y el compartir el show con quienes sienten la misma pasión,
entonces bajamos al encuentro de Daniel, Miriam y Mariela, que estaban junto a
la amorosa Mara Calderón y su esposo que habían viajado también especialmente
para revivir lo que habían vivido en marzo de este año en Low, y que Mara nos
contó tan detalladamente en este blog.
Y nos
vimos allí, disfrutando, saltando, cantando, sacando fotos y
filmando para registrar un poco de todo lo vivido.
Tantas
veces soñamos con estar allí, y esta vez Miguel nos lo regalaba...No podemos
evitar que los ojos se nos inunden al recordarlo...mucha emoción. Demasiadas
para una sola noche...que terminaría pasadas las 4 de la mañana, en el mismo
instante que la luna se preparaba para dar paso al sol.
Después
de haber tenido la oportunidad de ver el espectáculo
desde el escenario y frente al
mismo, podemos decir que la sensación es diferente en ambos lugares, pero la
emoción es igual de intensa en uno que en otro.
Para nosotras, sería un momento que pasaría a la eternidad, porque no fue
"solo una noche más", fue la noche en que cerrábamos, al menos por
este año, un ciclo muy feliz en nuestras vidas, de la mejor manera, pero ¡¡que
paradoja!! Con lágrimas en los ojos y ganas de que "todo vuelva a
empezar".
"Si el tiempo fuera circular, yo empezaría a girar hasta volvernos a
encontrar..." cantamos a dúo.
Gracias
infinitas Miguel Mateos por existir y regalarnos tantos
momentos felices!!!
Y
a esa majestuosa banda que te acompaña y te hace más grandioso aun: Alejo,
Roly, Alan, Ariel, Leo.
A
Rody Farah, el manager por "bancarse" nuestras
"apariciones inesperadas".
A
Pedro, a Mike y a todos los que trabajaron en el show, que nos cedieron parte de su espacio para que pudieramos estar alli, cerquita.
Gracias
a todos y a cada uno en especial, por ser parte de nuestro sueño!!!
Gracias
Genio por cumplir todos nuestros deseos.